Ese abrigo no ilumina la noche
y oscurece la mañana
Todo lo imprudente se reseca
en la angustia de evocar
mapas del infierno,
nevadas que indujeron al desprecio
Las pedradas a los jardineros
los hacen suprimirse unos a otros
Mezcla de molestar y desazonarse,
poroso ventarrón que deja pasar los instantes olvidados,
lunas enfermas de refregarse las manos en los ojos
Los ojos todos
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