Extraños lívidos en aire
dan la orilla de sus pasos
a una catarata de colinas
que los loros dormirán al mundo
Tu vapor nos repentiza,
cruel lectura de la luz,
se une a una imagen de piedra
Colgándole puentes a la noche
sólo vi un derretido juglar
que se queda en blanco
con la lágrima de un tren mago
Y así solo estoy mejor que muchas nubes
Miseria de olvidar
cuando íbamos hacia el Nilo
a arrojar la mente
Es reloj sin universo;
una cara asomando en la mitad de la llaga
No hay comentarios:
Publicar un comentario