domingo, 14 de diciembre de 2008

Bajando, bajando

Dicen que hay que hablar bajito para que no se vuelen las palabras

Sin sueños no se puede andar
Cautivo
Quisiera encontrar leones tras ese recodo;
ya los veo latiendo,
hipnotizados porque

Esta luna nos llevó toda la jornada
Nos incendió la piel y marchitó los juncos
Apenas alcancé a mandar una bocanada a mi casa,
las otras cometieron promesas y se hicieron llorar
Y así soy todos los instantes y ninguno,
una cabeza de ciervo

Acá no hay rocío, no hay nadie igual a otro;
es más, se podría pensar que no hay nadie,
los planetas me abrazan y yo soy prisión para mi alma

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Bajando el dolor
bajaré la cuesta
Traigo de miradas lleno hasta el borde corazón azul
Ojalá me hundiera aquí nomás,
cantando
todas las semillas que no vi nacer

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