Nuestra amistad es secreta,
está escrita en el viento
Ella y él se sentían las manos juntas, pero faltaban...
Prepararon el fuego, cada uno a su modo;
ella bailaba alrededor;
él se zambullía en el torbellino de la sangre
Y así sentir que se sabe todo, pero no alcanza
Se buscaban,
entre las hojas, entre los párpados acalorados,
debajo de las escaleras y en las arrugas de la luna
Y tal vez, eso no se decide
Curiosidad inmortal,
la de aferrarse a los rayos para viajar así,
dejando de lado el tiempo
Y cuántas veces se preguntó
¿y si la niña índigo no vuelve?
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