viernes, 20 de julio de 2007

Inmenso blanco

(La luz devasta las alturas)

La memoria de los rayos impresos en el aire
cedió a la fuga

El peligro de andar en uno mismo
y salvar un secreto para despistar
Brillitos empezando a ser matices intangibles de un atardecer
poblado
al azar
mirá el tacto de la fruta,
ese pudor incandescente
que aterriza
a

Dar otra vuelta
en una calesita voladora de cristal
con animales de verdad que ya escaparon

Un ojo amarillo abre lechos de ríos algodonados
cuando nos ausentamos del mundo
sin permiso las siestas infinitas
por doquier cantan iguanidades
a la punta del cielo
viniendo de realidades opuestas explosivas mordidas como la llama
que hace temblar a la flor de loto

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