¿Tiene sentido un pájaro de vidrio patinando sobre la costura de mis uñas? ¿O soy yo el rechazado por espejos, el que vacía desembocaduras y se cree tiernocapazdeolvidarnoteapuresamorir? Mejor me sueldo los cabellos con truenos. Sombras sin luces.
Hay túneles en mis ojos cerrados, piruetas de mis arrugas bajo tierra; lo que nunca ha de sentir me quiebra. Este deseo de acabar con todo o de absorberlo todo, mi cerebro sin paracaídas, la fantasía sin hadas, una manifestación a favor de la soledad. Pero un enorme trampolín a mis espaldas no permite que me caiga.
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