En la ciudad de las lunas

Debajo del cartel que dice "Basta!"
cruje la piedra magnetizada
y se hace decir qué hora es

Los desvelados sin nombre recrean
pasiones intrascendentes
Espejo troncal
Adivinados
todos los símbolos
Creciendo forma de colorado

Y hay lejos ruidos,
comezones acumuladas,
pelos sin revolver
Algunos se manchan con café;
otros prefieren volverse

Que se aquieten los días,
vamos de mirar

Todo lujo es siniestro

¡Qué pronto desaparece la música!

Estos rayos son milagros
o son lágrimas del sol
Y si no vuelves del vacío, no te encontrarás
Para inexpresarte, dormida
Para balancear tus alas y reconciliarte con la panacea de olvidar

El caleidoscopio sombrea sangre,
traerá voces nuevas y se cantará;
piélagos de ausencia habrá tragado la tierra

No hay redondeo para el cosmos, se agitará
con todos los vaivenes de sus persianas rotas
con el hambre de imprimir un fuego en las venas
Las montañas son lánguidas pero sólo por fuera
y sigue un cine despierto
siempre para dar

Tenazas

Algo habrá tramado la lluvia,
que ya no descansa

Pedazos de mí aparecen muertos.
Tengo que iluminar con lo que ya no ilumina,
saltar charcos que oprimieron las horas

Sólo acumulé fantasías: vivo.
Me acuerdo de mí
y despacito canto
que ya no hay memoria
Que si la hubo fue porque quise
extenderme

Tenazas para traer el sol
Una parcela de hojas; se comen el viento

Bajando, bajando

Dicen que hay que hablar bajito para que no se vuelen las palabras

Sin sueños no se puede andar
Cautivo
Quisiera encontrar leones tras ese recodo;
ya los veo latiendo,
hipnotizados porque

Esta luna nos llevó toda la jornada
Nos incendió la piel y marchitó los juncos
Apenas alcancé a mandar una bocanada a mi casa,
las otras cometieron promesas y se hicieron llorar
Y así soy todos los instantes y ninguno,
una cabeza de ciervo

Acá no hay rocío, no hay nadie igual a otro;
es más, se podría pensar que no hay nadie,
los planetas me abrazan y yo soy prisión para mi alma

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Bajando el dolor
bajaré la cuesta
Traigo de miradas lleno hasta el borde corazón azul
Ojalá me hundiera aquí nomás,
cantando
todas las semillas que no vi nacer