Cariópside

La vecina cariópside ha temblado muchos fuegos. Es hora ya de enfrentar lo abrigado del mar, convidarle pedazos de luna al deseo.
No es temprano, no es nada, si aprieto los segundos en mi mano hasta sangrar por iluminaciones.
¿Cuánto azul se puede soportar
en una patada al mar de siempre
sin quedarse?
Por más gritos se encienden las caras,
son láminas lustrosas en vacaciones de arena
y se conocen entre sí,
como campos de cebollas que están ahí desde quién sabe cuándo
Antes no teníamos inventadas las miradas,
ni las perdíamos tanto;
solamente era cuestión de irradiar

Luz

Esfinge roja toda de tiempo
hacia sí de su ojo viene
clavando
alusión al lamento más puro
el de mis manos
Cuadros de soñarse adentro
como monedas en la fuente
rebotando

Río infinito al mostrarme el impacto del sol en mí
Quieras o no el espacio es inagotable
y tiene la imagen de la luz apilada

y de vez en cuando se desmorona todo y se levanta en otro lado