Dedos de estrella
emprenden una fuga interior,
de esas que horadan el cielo creando mar
Escoltada por fantasmas
acelerás el rumor de la hierba
sin cortarla
Era mentira que el viento nos esperaba
Torres del llorarás...
No creíamos en el abrazo sin voz
que subyace deshidratado en la cosecha
de tanto carmín bajo los almanaques
Y a pesar de los inviernos inquietantes,
trago esta saliva que sana las distancias
Y si hoy no me encontraste
en la quemazón de alas
será que voló de sí
mi ebúrneo animal
De allí, solamente caer
Respiración invertida
Ser parte del cosmos acuático y
comprender que la zozobra de los elementos
es por lo que gritar cuando ardemos
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