dándole la espalda al sol,
planté trampas en mis extremidades
y espero que caigan las horas
La bruma ya no es vacilante;
se da prósperamente
y nos calza a la perfección
para tapar ojeras estranguladas
¿Qué le pasa a mi mente?
Una habitación incolora
Todas las caras se parecen
a la risa que nunca hubo
Sentimientos afilados como paréntesis
El futuro es insensato
Crispado en las entrañas sin poder ver
hacia afuera o tras los cerros
Ahora ya no será otoño
¿Cuándo pasará el resplandor
del ojo que nos cata y bailará
el huracán arrancando ramas de mí?
¿Qué le pasa a mi mente
que se quedó sola
y abierta como una cicatriz de fuego?
-No hay peor muerte que la que se morirá mañana-